Ana María Matute trata muchos aspectos políticos, sociales y morales de España durante el periodo de la posguerra. Su prosa es muy frecuentemente lírica y práctica. En sus novelas, Matute incorpora técnicas literarias asociadas con la novela modernista o surrealista. Con todas estas cualidades y talento literario, Matute es considerada «una escritora esencialmente realista». Muchos de sus libros tratan del periodo de la vida que abarcan desde la niñez y la adolescencia hasta la vida adulta.
Matute utiliza mucho, como fuente primaria, el pesimismo, lo cual da a sus novelas una sensatez más clara que la realidad de la vida. «La enajenación, la hipocresía, la desmoralización y la malicia» son características que comúnmente son fáciles de encontrar en la ficción de sus obras. Una de sus características más comunes es el uso de la trilogía: una obra literaria que está compuesta por tres novelas o cuentos que tienen tanto características en común como diferentes. Muchos críticos consideran que su mejor obra es la trilogía Los Mercaderes, la cual está conformada por Primera memoria, Los soldados lloran de noche y La trampa. Sobre su obra se dice que «aunque los argumentos de cada una de sus novelas son independientes, las une el tema general de la Guerra Civil y el retrato de una sociedad dominada por el materialismo y el interés propio».
El 12 de marzo de 2009, la escritora depositó en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes la primera edición del libro Olvidado Rey Gudú.
Falleció el 25 de junio de 2014, a los 87 años.
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