jueves, 25 de septiembre de 2014

Día Federal de las Bibliotecas Populares

Las bibliotecas populares celebrarán su día el próximo domingo

Por: Milena Heinrich - Télam


Sostenidos al calor de la ley 419 que creó la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares Conabip), estos espacios nacidos como sitios de lectura y de libros que luego se resignificaron para convertirse en encuentros comunitarios, festejan su día el próximo domingo en todo el territorio argentino con actividades que una vez más, como desde hace 144 años, apuestan por el cruce directo con las manifestaciones sociales y culturales.
        
De sur a norte, de este a oeste, el domingo se celebra el Día Federal de las Bibliotecas Populares -originalmente es el 23 de septiembre pero se mueve de acuerdo al fin de semana más próximo-, una fecha que invita a las dos mil bibliotecas desplegadas por todos los rincones del país (en cada localidad hay por lo menos una ya sea popular, pública o privada) a un verdadero festejo a nivel nacional.


Unas 500 ya aseguraron que se suman en sus sedes o al aire libre con actividades varias, que van desde lecturas públicas, charlas, espectáculos, música, intercambio de libros hasta suelta de barriletes.

"Es un día festivo, las bibliotecas están haciendo esfuerzos, convocatorias, para celebrarlo con sus comunidades", dijo a Télam Ángela Signes, presidenta de la Conabip.

Este año, el Día Federal de las Bibliotecas Populares tomó envión con una mayor visibilidad pública para que la gente vuelva a las bibliotecas, "esta convocatoria nacional las revitaliza", aseguró Signes, al tiempo que destacó que "participan con mucha alegría" porque estas invitaciones motivan a que "que haya más socios, y se acerquen niños, jóvenes y adultos".

En algunos casos funcionan como el único punto de encuentro en el barrio, casi como centros culturales o sitios de reunión para debatir estrategias sociales, en otros son emblemas urbanos que atesoran libros inhallables, sin embargo en toda esa diversidad, las bibliotecas populares comparten ser asociaciones civiles autónomas creadas por iniciativa de un grupo de vecinos, que en su conjunto, nucleadas por Conabip desde hace 144 años, se integran en una red federal.

Se levantan como el único refugio con calefacción o son reconocidas por sus aclamadas cafeterías, estos sitios con sus respectivas comisiones directivas y sus bibliotecarios hacen un trabajo silencioso y bien local de todos los días, abren sus puertas a todo público y salen a las calles, las escuelas e incluso a las cárceles (en uno de estos centros crearon una bebeteca -conformada con material para los primeros años de la infancia- a pedido de las mujeres) de cara a los gustos, intereses y urgencias de sus barrios.

Es que su razón de ser es la comunidad, por ellas nacieron, y van reinventándose en sintonía con los cambios que vive, según consignó Signes. Por eso, los desafíos cambian con los tiempos, en los últimos años el objetivo es "incorporar a los jóvenes, ocurre que a veces la enorme oferta cultural o la accesibilidad a la información en internet hace que las vean como algo que ya no les sirve o no les puede prestar la información que necesitan", explicó la funcionaria.

La Conabip nació en 1870 con la ley 419, "Sarmiento trajo la idea a semejanza de las bibliotecas públicas de Estados Unidos pero como él había tenido su propia experiencia en el tema y había antecedentes de bibliotecas socialistas o particulares que la abrían al público, incorporó una propuesta reformulada de apoyo a las asociaciones civiles que tuvieran función de biblioteca", contó.


"La función primera era proveerla de libros, después fue evolucionando y actualmente reciben además de bibliografía (hay desde narrativa, biología hasta artesanías), subsidios para gastos de funcionamiento, capacitación, proyectos o programas", como el del Libro % que incluye una ayuda económica para que los dirigentes bibliotecarios viajen a la Feria Internacional del Libro y comprar publicaciones a precios especiales.

"El Estado les proporciona mayores beneficios y con un acceso más democrático e igualitario, es un derecho ganado para las bibliotecas populares", aseguró la responsable de esta comisión que integra actualmente unas dos mil instituciones y unos 30 mil voluntarios de todo el país, convirtiéndose así en una de las redes más extensas de toda la región.

Al ser parte de esta red, las bibliotecas forman una suerte de movimiento cultural, en constante diálogo tanto a nivel municipal y provincial como nacional, éste último materializado, por ejemplo, en un catálogo colectivo de todas las instituciones (se puede consultar en la web de Conabip), que además de ponerlas en contacto, les permite a los usuarios buscar títulos en una plataforma unificada.

Mientras algunas se levantan como centros culturales, otras son el único lugar de reunión vecinal; algunas cierran y vuelven a abrir gracias al rescate de sus vecinos, otras son centenarias sarmientinas y no hay quien las mueva, y todavía hay más como aquellas motivadas por difundir la lectura: sea como sea las bibliotecas populares son bien diversas y eso es las convierte más indispensables en el tiempo.

Por todo ello, desde la puna hasta Tierra del Fuego, las bibliotecas populares merecen que en su día se las celebre en todo el país, no sólo porque cumplen un rol fundamental de difusión y promoción de la lectura, sino, sobre todo, por su carácter de integrador social y cultural.
 

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