miércoles, 1 de octubre de 2014

Bibliotecas Populares - Realidad 2014

Las bibliotecas de los barrios y sus esfuerzos para seguir adelante  

Es digno que en plena era tecnológica y, en muchos casos, haciendo frente a la falta de recursos, las bibliotecas populares de nuestra región busquen alternativas para seguir cumpliendo un importante rol cultural y social, principalmente para los más jóvenes.
Una vez más cabe el elogio del aporte trascendente que estas bibliotecas de barrios les dieron a nuestra ciudad con el correr de los años. A la vez, queda reflejada la capacidad de estas entidades para evolucionar, cumpliendo así una función primordial, como ser difusoras de conocimientos. Sólo por hablar de los últimos tiempos, puede decirse que a pesar del auge de Internet y del previo apogeo de los medios audiovisuales, que modificaron profundamente los comportamientos de la población, ellas supieron renovarse y permanecer acompasadas a las cambiantes demandas de la sociedad. En una nota reciente de este diario por la celebración de su Día, Angela Signes, presidenta de la Conabip, aseguró que “los desafíos cambian con los tiempos”. Sin embargo, explicó que “en los últimos años el objetivo es incorporar a los jóvenes” al uso de la biblioteca aunque “la enorme oferta cultural o la accesibilidad a la información en internet hace que las vean como algo que ya no les sirve o no les puede prestar la información que necesitan”.
De todos modos, los dirigentes de estas bibliotecas remarcaron que “la realidad en los barrios no es la misma que en los sectores céntricos, y allí, en esas zonas habitadas por familias de recursos medios o bajos, no es tanta la merma que sufren en cuanto a demanda de préstamos de libros y a consultas”. También destacaron que se conserva una buena cantidad de lectores, principalmente alumnos de primaria y de secundaria, pero también de vecinos, adultos, con inquietudes con la lectura.
En ese sentido, la creciente relación de las bibliotecas populares con las escuelas ubicadas en su radio de acción constituye otro paso positivo.
Como se remarcó en otras oportunidades en estas columnas, consecuencia de la unión de la política educacional de Domingo Sarmiento y de las inquietudes que llegaron a nuestro país de la mano de la inmigración, las bibliotecas populares en la Región tuvieron un rápido desarrollo y contribuyeron a la formación de generaciones de platenses que, de otra manera, no hubieran tenido fácil acceso al libro.
Cada uno de los barrios platenses cuenta con una o dos bibliotecas populares que lograron convertirse, a lo largo de tantas décadas de esforzado funcionamiento, en focos culturales de primer orden. De allí que merezca ponderación el servicio prestado por tantos dirigentes y personas que, con todo desinterés, fortalecieron la presencia de estas entidades.
Y como se dijo, en pleno avance de la era de internet y de los escasos recursos que disponen, es valiosa la labor en estas bibliotecas populares para que sigan de pie.

Fuente: "El Día"   30-09-2014

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