Suelo recibir los post de Martín Acuña en su excelente blog "Redactar mejor" (Montevideo, Uruguay); estuve pensando que de vez en cuando los compartiré con mis lectores, ya que se trata de temas que a todos nos vienen bien a la hora de redactar algo. De paso confraternizamos con el hermano país oriental, ya que, entre otras cosas de nuestra cultura rioplatense, nos une un lenguaje común, sin dejar de reconocer que argentinos y uruguayos podemos tener modismos particulares en el hablar cotidiano.
Es diferente "enseñar sobre" que "enseñar contra"
Una nota que revisé recientemente renovó este pensamiento, ya que el sentido comunicado en el título varió sustancialmente debido al uso de la preposición: En este caso decía:
En lugar de:
La primera versión, presentada originalmente, cometía la ambigüedad de que su formulación era similar a otras que indican que se enseña a hacer algo y no a prevenirlo. Por ejemplo:
La falta de claridad en este caso no es de sintaxis, ni de corrección, sino de sentido: Decir que “se enseña para prevenir” no es lo mismo que decir que “se enseña sobre”. Claro que sería muy enfermizo pensar que alguien enseña cómo ejercitar la violencia, pero en todo caso es mejor ser precisos a la hora de informar. Lo más recomendable para hablar de temas sobre los que se quiere prevenir, en definitiva, es incluir expresiones que comuniquen esa idea.
Lectura recomendada:
Algunas características de las preposiciones Errores frecuentes con la preposición "a" El dequeísmo y los errores por tratar de evitarlo "Interpelación a alguien" es diferente a "interpelación de alguien" "A ver" no es lo mismo que "haber"
FUENTE: Acuña, M. (23 de mayo de 2016). Es diferente "enseñar sobre" que "enseñar contra" [Mensaje en un blog]. Recuperado de http://redactarmejor.blogspot.com.ar/
|
Ninguna persona es mejor ni peor que otra. Ni tampoco igual a otra. Lo que nos hace humanos es que cada uno de nosotros es único. Así que ríase, con la neurociencia, de quien diga que alguien es más listo que otro: ¿listo para qué? Cualquier talento no es sino capacidad de adaptación al entorno: inteligencia. Por eso, Gardner sostiene que hay más de una. Y ahí no acaba nuestra diversidad: cada cultura y cada persona entiende esa teoría –todas las teorías– a su manera. Manera, además, que varía con la edad: cuanto más envejeces, más difícil te resulta adaptar tu vida a las nuevas ideas y menos adaptarlas cómodamente a tu modo de vivir sin variarlo. Por eso, creer saber envejece y querer saber rejuvenece.
Fuente: Amiguet, L. (13 de abril de 2016). Únicos. La Vanguardia.com. Recuperado de http://www.lavanguardia.com/lacontra/20160411/401021583313/una-mala-persona-no-llega-nunca-a-ser-buen-profesional.html?utm_content=bufferb3d9c&utm_med.